viernes, 11 de mayo de 2012

Jano y las ofrendas



Jano y las ofrendas

Jano hijo de Apolo y marido de Tesalía, según los romanos hijo de Coelo y Hécate fue uno de los Dioses más importantes del Panteón romano. Cuando éste Dios estuvo en edad aprestó una flota, arribo a Italia, emprendió sus conquistas y fundó la colonia de Janícula y construyó la civilización de los habitantes del país, principalmente por los consejos de Saturno que se había retirado a esta comarca donde Jano le dio buena acogida. Jano enseño a los pueblos las divisiones del año, la náutica, el uso de la moneda, los principios de la justicia y a vivir felices bajo el amparo de las leyes: les instruyó en el modo de honrar a los dioses en sus templos por medio de sacrificios, a circuir las poblaciones con muros, a labrar los campos y el cultivo de la vid. Los romanos agradecidos a éstos beneficios lo subieron a la categoría de Dios, siéndolo también como el máximo exponente de la paz. En sus fiestas de honor; Janualia, celebradas el 1 de enero se cubrían sus estatuas con laureles verdes y se le ofrecía harina, sal y vino

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